Desde la APPB hemos apostado decididamente por el sistema RoMS,un registro de calificadores de movilidad que, además de garantizar que se cumplen los estándares de la industria, es una herramienta que puede ser de gran utilidad para el ganadero. En las siguientes páginas explicamos en qué consiste y el porqué de esta apuesta.
Contar con herramientas objetivas y eficaces que demuestren que las granjas gozan de los
más altos niveles de bienestar para su ganado es crucial para mantener los contratos con la industria que, como puede verse en sus diversas campañas publicitarias, apuestan por una imagen de responsabilidad ambiental y con el bienestar de los animales.
La ganadería afronta retos importantes en el horizonte cercano, con el bienestar animal y la sostenibilidad en el punto de mira de la sociedad y, por lo tanto, de la industria alimentaria.
Uno de los factores que más influyen en el bienestar animal en las explotaciones ganaderas, y muy especialmente en las de vacuno lechero, es el índice de cojeras, identificado como uno de los principales factores de pérdida de bienestar y de producción, tanto en cantidad como en calidad, y con profundas consecuencias en otras facetas de la actividad ganadera, como la reproducción.
Existen herramientas de probada eficacia en el control de estos índices de cojeras o de movilidad. Aplicarlas no solo servirá para demostrar ante las auditorías de la industria y ante el público que se toman las medidas necesarias para cuidar de ese bienestar animal en toda su extensión, sino que además permiten establecer programas de recuperación de animales con problemas de movilidad en la granja, con los tratamientos y frecuencias de recorte adecuados y, sobre todo, permite establecer programas preventivos para mantener a raya esos problemas multifactoriales que afectan a los pies de nuestras vacas, lo que repercutirá en su comodidad y por extensión, en su capacidad productiva cuantitativa y cualitativamente.
CONTAR CON HERRAMIENTAS OBJETIVAS Y EFICACES QUE DEMUESTREN QUE LAS GRANJAS GOZAN DE LOS MÁS ALTOS NIVELES DE BIENESTAR PARA SU GANADO ES CRUCIAL PARA MANTENER LOS CONTRATOS CON LA INDUSTRIA
Desde la Asociación de Profesionales de la Pedicura Bovina de España y Portugal (APPB), hemos apostado decididamente por el sistema RoMS, es el registro de calificadores de movilidad, llamado así por sus siglas en inglés (Register of Mobility Scorers). El porqué de esta apuesta merece una pequeña explicación previa.
Existen diversos sistemas para valorar la movilidad del ganado, unos basados en evaluaciones binarias (cojea/no cojea), otros basados en escalas que van desde 3 hasta 9 grados diferentes, cada cual con sus complejidades o sus simplezas y, naturalmente, sus virtudes y defectos.
Ante la necesidad de una herramienta objetiva de valoración estandarizada para la auditoría de calidad, la Agriculture and Horticulture Development Board (AHDB) [Junta de Desarrollo Agrícola y Hortícola] desarrolló un sistema de calificación de la movilidad para el vacuno lechero del Reino Unido, que ayudase a evaluar objetivamente la capacidad locomotora de las vacas, más descriptivo que un simple sistema binario, pero no tan complejo como para no poder ser usado en la práctica con eficacia como uno basado en una escala de 9. RoMS es la entidad independiente que oficialmente acredita la formación de los calificadores que usan la sistemática ideada por AHDB, mantiene un registro de estos y controla que las auditorías se ajusten a este esquema y cumplen con los requisitos de calidad, profesionalidad e independencia que son necesarios para desarrollar su labor.
En este sentido, la calificación de la movilidad que desarrolla RoMS sirve para que las explotaciones cumplan con los requisitos exigidos en esta materia por la industria lechera o sus comercializadoras, que exigen un estado mínimo en cuanto a movilidad a sus granjas proveedoras, por las repercusiones que tiene en el bienestar animal. A lo largo de los años, RoMS ha demostrado una consistencia que pocos más pueden demostrar y su uso está ampliamente extendido en la industria y las entidades que velan por la calidad de los productos alimentarios de origen animal, un modelo hacia el que se mira desde el resto de los países del entorno europeo.
Así, con este sistema se clasifica a las vacas según su calificación en 4 categorías, aunque en la práctica se suele reducir a tres:
0: vaca sana con alta movilidad o con movilidad normal
1: vaca con movilidad levemente reducida (cojera difícilmente detectable)
2: vaca con movilidad moderadamente reducida (cojera moderada)
3: vaca con movilidad gravemente reducida (cojera severa)
Las categorías 0 y 1 se agrupan en una sola de cara al resultado global de auditoría, aunque el calificador las registra separadamente. Podríamos denominarlas como vacas con movilidad aceptable.
Pero RoMS se ha convertido en una herramienta de mucha más utilidad práctica que cumplir con los estándares de la industria, empujada por la exigencia social en cuanto a lo que se entiende en la actualidad por calidad de los productos de origen animal: que sean saludables, producidos respetando el bienestar animal y de manera respetuosa con el medio ambiente.
ROMS HA DEMOSTRADO UNA CONSISTENCIA QUE POCOS MÁS PUEDEN DEMOSTRAR Y SU USO ESTÁ AMPLIAMENTE EXTENDIDO EN LA INDUSTRIA Y LAS ENTIDADES QUE VELAN POR LA CALIDAD DE LOS PRODUCTOS ALIMENTARIOS DE ORIGEN ANIMAL
Además de esto, es una herramienta que puede ser de gran utilidad para el ganadero, tanto más cuanto más conscientes somos de que la ganadería es un trabajo en equipo, y si los resultados de estas calificaciones se comparten con los podólogos, veterinarios y nutrólogos para, entre todos, establecer programas de salud podal, nutrición y manejo, redundará no sólo en una mayor y mejor producción, sino en una mejora de las condiciones de vida de los animales en las granjas, o sea, del bienestar animal.
Pero ¿cómo puede ayudar en la práctica en la explotación?
Está demostrado por diferentes estudios que aproximadamente un tercio de las cojeras en fases iniciales pasan desapercibidas para el ganadero o el personal de las granjas. Detectar los animales que están desarrollando una cojera en fases tempranas y proporcionarles la atención adecuada enseguida, hace más fácil y más eficaz su control o su tratamiento. La detección precoz hará que el número de vacas moderada o severamente cojas se reduzca de forma drástica dentro de la explotación.
El uso de calificaciones rutinarias de la movilidad hará que la detección precoz permita actuar antes de que estos casos se conviertan en un problema. Conocidas las calificaciones y las categorías en las que clasificamos a las vacas de la granja (0-1= sanas, 2= moderadamente cojas y 3= severamente cojas), podremos establecer un programa de salud podal en el que se determine la frecuencia de las visitas del podólogo para recorte funcional (preventivo), el uso de pediluvios (producto, frecuencia, grupos de animales a los que dirigirlo…), y tratamientos específicos para las vacas con calificaciones 2 y 3, ya sean recortes terapéuticos, tratamientos médicos, o ambos. Así mismo, se pueden hacer ajustes en el manejo de las raciones, actuaciones sobre el diseño de la explotación o sobre el manejo que se hace de los animales para mejorar el índice de movilidad de la granja reduciendo el índice de cojeras.
Si vamos un paso más allá y formamos al personal de la granja en este sistema de calificación, no sólo seremos capaces de reducir de forma determinante ese tercio de cojeras que se escapan de control, reduciendo así la severidad de los casos que aparezcan, sino que además se podrá hacer el triaje o selección de los animales que necesitan recorte funcional y terapéutico, de manera que se presentarán al podólogo los animales que más lo necesitan antes de que desarrollen lesiones de difícil tratamiento y pronóstico incierto y se programarán las visitas rutinarias de recorte preventivo para los momentos más adecuados.
Esta metodología no es caprichosa y está basada en criterios científicos, relacionados con la biocinemática y la biodinámica, disciplinas de la medicina veterinaria que estudian cómo se realiza el movimiento de los animales y cómo actúan las fuerzas sobre su anatomía al hacerlo. A su vez, estas disciplinas ayudan a validar este tipo de métodos, es decir, si las observaciones para la calificación son coherentes y repetibles en relación a lo que realmente sucede, o si por el contrario hay que hacer ajustes en el método para que sea fiable.
Finalmente, debemos recordar que este sistema es un método de evaluación de la movilidad, no un método diagnóstico, cuestión normalmente mucho más compleja que decidir si un animal simplemente está cojo o no, y para lo cual es imprescindible recurrir al veterinario de la explotación.
ESTE SISTEMA ES UN MÉTODO DE EVALUACIÓN DE LA MOVILIDAD, NO UN MÉTODO DIAGNÓSTICO
En conclusión, la valoración de la movilidad es una metodología práctica y fiable con la formación adecuada, destinada no solo a demostrar a la industria que se cumple con los más altos estándares en la protección y mejora del bienestar animal, sino que tiene un valor incuestionable para la gestión de la salud podal del rebaño, y cuyo potencial es enorme, especialmente si tenemos en cuenta el número de animales cojos que se escapan del radar ante la ausencia de una metodología consistente de observación.
Autor: Miguel Ángel García Rodríguez
Veterinario Servet Ledesma SLP, Salamanca
Artículo publicado en Vaca Pinta 37