En este estudio ofrecemos algunhas pautas de buenas prácticas y manejo adecuado para la salud podal bovina y, consecuentemente, para la salud de los animales.
En nuestra práctica nos damos cuenta de que existe en los últimos años un despertar creciente en las explotaciones en relación a este aspecto, que consideramos de gran importancia para lograr una buena movilidad en los animales.
Cada vez más los productores ven la pedicura preventiva como una operación esencial y gran parte de nuestros clientes ya no prescinden de una visita regular a su establo. Una visita con una periodicidad más o menos mensual permite una personalización del servicio de pedicura en cada explotación. Esta frecuencia nos permite no solo reducir rápidamente el número de vacas cojas, acometidas de alguna forma de cojera grave, sino también mejorar la movilidad de todo el efectivo.
Pensamos que la inversión más valiosa es la preparación de los animales para iniciar la lactancia. Todas las vacas y novillas deben ser inspeccionadas para garantizar que los cascos estén en las mejores condiciones antes de las últimas semanas de gestación; de esta forma no solo se detectan y son tratadas convenientemente lesiones en un periodo de descanso y mayor disponibilidad metabólica, sino que dotamos a los animales de una menor probabilidad de desarrollar cojeras en el periodo crítico de las primeras semanas de lactancia; una segunda inspección y/o recorte de cascos pueden ser programados entre los 120-150 días en lactancia conforme las necesidades individuales de cada animal y/o establo.
Creemos también que un pedicuro profesional tiene la misión de monitorizar los puntos de riesgo de cada explotación que pueden comprometer la salud podal de los animales e intentamos aconsejar al productor para que adopte las mejores medidas caso por caso. Algunos factores, como tipo e higiene de los pisos, comodidad y descanso, acceso y disponibilidad al agua y a la comida, estrés por calor, tiempo de espera para el ordeño… los mantenemos constantemente bajo vigilancia.
Para obtener un mejor resultado, los cascos deben ser inspeccionados de forma temprana (en terneras y novillas), buscando señales de crecimiento exagerado y/o irregular o del desarrollo de lesiones como la dermatitis digital, que tiene una gran tendencia a hacerse crónica y es de difícil resolución definitiva. En estos casos un tratamiento adecuado y rápido es fundamental, pero creemos que la mejor manera de reducir el impacto de esta lesión es proporcionarles a los animales las mejores condiciones de higiene de las camas y pisos para reducir la exposición de los cascos a la acción química del purín, que le abre camino a esta infección oportunista. El uso de pediluvios y/o pulverización de los cascos con soluciones apropiadas nos parece una medida que debe ser implementada de forma rutinaria.
Igualmente, consideramos que las explotaciones que ofrecen a los animales en lactancia la posibilidad de acostarse confortablemente en camas bien amortiguadas, bien dimensionadas, sin obstáculos y limpias son las que consiguen los mejores resultados.
Así mismo, en los últimos años estamos asistiendo a un verdadero despertar hacia la atención del impacto del calor (estrés térmico) sobre el rendimiento y la producción de los animales. Son cada vez más las granjas que doblan esfuerzos para disminuir los efectos negativos de las temperaturas elevadas. Una vaca lechera tiene una amplitud térmica “óptima” aproximadamente entre los 14 y los 19 °C. Todos los esfuerzos, como la construcción de establos altos y con buena ventilación, ventilación forzada, la dispersión de agua con aspersores… nos parecen muy importantes para garantizar una temperatura ideal y reducir al mínimo el tiempo que los animales pasan de pie encima de los cascos.
LAS EXPLOTACIONES QUE OFRECEN A LOS ANIMALES EN LACTANCIA LA POSIBILIDAD DE ACOSTARSE CONFORTABLEMENTE EN CAMAS BIEN AMORTIGUADAS, BIEN DIMENSIONADAS, SIN OBSTÁCULOS Y LIMPIAS SON LAS QUE CONSIGUEN LOS MEJORES RESULTADOS
En resumen, somos de la firme opinión de que el recorte preventivo (que devuelve la forma y la función a los cascos), la vigilancia de lesiones y su inmediato tratamiento y la adopción de medidas de manejo para que las vacas permanezcan acostadas confortablemente el mayor número de horas posible, son fundamentales para la salud podal. De esta forma se garantiza que las “vacas llegan lo más lejos posible”, expresando todo su potencial en la producción lechera.
Paulo Hess
Técnico en Podología Bovina en Finca Pé (Macieira da Lixa, Portugal)
Artículo publicado en Vaca Pinta 25